Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO Castilla y León | 24 noviembre 2024.

25/03/2021

Igea pone a la firma de Casado el acuerdo con Gago

    En una situación profundamente inestable tanto en el campo político como en el sanitario, la mayor parte de los trabajadores de Sacyl no salen de su asombro cuando sólo un día después de publicarse la orden de retribuciones para el personal de la Junta de Castilla y León correspondientes al año 2021, aparece un acuerdo de subida de retribuciones para una sola categoría, la enfermería

    26/03/2021.
    Fotografías de la Agencia ICAL.  Mañueco, Igea y Casado

    Fotografías de la Agencia ICAL. Mañueco, Igea y Casado

    No sólo es una acuerdo que se salta la normativa legal que dice que las retribuciones son materia de negociación en mesa sectorial, sino que además precisa de modificaciones legales para poder hacerse efectivo, como por ejemplo y sin ir más lejos la orden EYH/281/2021, de 11 de marzo, que publica las retribuciones del personal al servicio de la Junta de Castilla y León, publicado en BOCyL de 18 de marzo, que derivan y deben atenerse a los Presupuestos Generales del Estado. Es decir, justo un día antes de la firma del acuerdo.

    Sorprendente es que con el presupuesto aprobado menos de un mes antes y asegurando que no hay más dinero aparezca no se sabe de dónde un pequeño capital, que aunque indeterminado se asegura que son 5 000 euros anuales para 10 000 profesionales de enfermería, o lo que es lo mismo, 50 millones de euros. Para contentar a quién?

    Se acomete una subida de retribuciones cuando todavía no se ha recuperado la capacidad adquisitiva perdida hace ya 11 años, cuando la mayoría de los profesionales sigue sin cobrar sus pagas extras completas, cuando sus salarios, sus trienios, su carrera profesional, sus complementos … siguen recortados porque no hay dinero. Cuando han incumplido y siguen incumpliendo el decreto 49/2009 de Atención Continuada que hablaba de abonar la hora de guardia en la media de las comunidades que más pagan, que por cierto ya incumplieron en el primer año en que debían renovarse esas cantidades, con el único voto en contra de CCOO que exigía su cumplimiento al pie de la letra y no la interpretación torticera que hizo la consejería de Sanidad y dada por buena por los demás.

    Además de la oscura vertiente política de este acuerdo hay una segunda vertiente político-sindical, de acoso y derribo de los sindicatos, llegando a acuerdos fuera de la mesa de negociación, con los colectivos que la consejería decide, para hacer ver a los trabajadores que los sindicatos no son necesarios, que la mesa sectorial es superflua y los acuerdos se van a ir hablando con cada pequeño grupo que exija negociar directa y egoístamente cualquier tipo de mejora, a la que pueden tener derecho pero que conlleva una pequeña o gran discriminación con el resto de los profesionales. Y en consecuencia, a un enfrentamiento entre todas las categorías. El conocido divide y vencerás y en cuanto mayor número de grupos sea mejor para ellos porque más fácil les resultará manejar a quienes en vez de derechos se conforman con prebendas.

    En este sentido los firmantes del acuerdo han hecho un pésimo favor al conjunto de los trabajadores de Sacyl, empezando por los de su propia categoría, y a la propia actividad sindical, aborrecida por las instancias del poder por cuanto les frena en alguna medida sus pretensiones dictatoriales.

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