Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios | 22 febrero 2025.

22 de febrero, 'Día de la Igualdad Salarial'

    Mucho ha llovido desde que las mujeres, notoriamente en desigualdad de condiciones, nos incorporamos al mundo del trabajo productivo. Un mundo productivo creado por hombres y para hombres que en sus hogares tenían a una mujer que cuidaba de ellos, de sus hijos e hijas y del resto de sus familias. Las mujeres que se incorporaron a aquellas fábricas de finales del siglo XIX y principios del XX no dejaron de asumir esas tareas de cuidados, cargaron con el trabajo de dentro y de fuera de casa, eso sí, por la mitad del jornal de un hombre, pues la fuerza física se valoraba muchísimo más que el trabajo más minucioso que hacían las mujeres. 

    21/02/2025.
    22 de febrero, 'Día de la Igualdad Salarial'

    22 de febrero, 'Día de la Igualdad Salarial'

    Afortunadamente el mundo ha dado muchas vueltas, y nuestra lucha ha cambiado profundamente la realidad de la clase trabajadora. Desafortunadamente las mujeres, aunque nuestras condiciones de vida también han mejorado un sin fin, seguimos luchando para corregir las mismas injustas situaciones: La falta de corresponsabilidad en los cuidados, que seguimos cargando a nuestras espaldas; la minusvaloración del trabajo que mayoritariamente desarrollamos, aunque sea esencial para nuestra sociedad;  y como guinda de este amargo pastel, la brecha salarial por razón de género, que es fruto y consecuencia de todas las inequidades y discriminaciones que hoy en día todavía sufrimos las mujeres.   

    Hoy, 22 de febrero, es el día de la Igualdad Salarial por razón de género. La fecha se escogió para simbolizar el número de días que una mujer tiene que trabajar de más para cobrar igual que un hombre, o lo que es lo mismo, el número de días que una mujer trabaja gratis. 

    Según datos de nuestro Informe Confederal de Brecha, se ha roto la dinámica de decrecimiento que veníamos viendo en los últimos años. Dicho decrecimiento obedece a políticas públicas estructurales en cuya consecución ha tenido mucho que ver nuestro trabajo: la subida del SMI y la mejora de las condiciones laborales de la Reforma Laboral. Estas medidas han favorecido a quienes cobraban los salarios más pequeños, y a quienes soportaban peores condiciones laborales, las mujeres y las personas jóvenes. La brecha general actual se sitúa en 19,6%, 6 décimas más que el año anterior, por lo que parece que el impulso de estas dos grandes medidas ha cesado, y que la brecha se estanca con tendencia al crecimiento. 

    Los datos ponen de manifiesto que tenemos que avanzar en medidas que vayan al centro de las dos grandes cuestiones que hoy siguen lastrando a las mujeres y provocan la brecha salarial que perdura: hay que conseguir un nuevo sistema de repartición del trabajo de cuidados que no se cobra, y hay que revalorizar el trabajo que mayoritariamente hacemos las mujeres en el ámbito del trabajo productivo, gran parte de éste también de cuidados.

    Los trabajos “de mujeres” y “de hombres” perduran en nuestro mercado laboral de manera muy tozuda, y es que esos estereotipos de género están muy presentes en las personas a la hora de decidir a qué se van a dedicar o qué van a estudiar. Hasta que no los superemos, no vamos a ser capaces de acabar con la segregación ocupacional que tanto nos perjudica. 

    El ejemplo más claro de esta situación es nuestro sector, uno de los más feminizados, donde trabajan algo más del 14% de las mujeres activas en España. Contrariamente a lo que mucha gente sigue pensando, sector feminizado no es sector menos discriminado, sino más bien todo lo contrario. Según datos del INE, en Sanidad y Servicios Sociales hemos pasado del 37% de brecha en 2019, al 31% en 2022,  habiendo sólo 3 sectores con brechas mayores que la nuestra (de un total de 17). 

    En Sanidad podemos destacar como grandes causas de la brecha la falta de medidas para flexibilizar y racionalizar los tiempos de trabajo, por lo que las medidas principales para poder conciliar en Sanidad son las reducciones de jornada y las excedencias, tan perjudiciales para las carreras profesionales y para los salarios que afectan a quienes las usan masivamente, las trabajadoras. Nuestro trabajo asistencial hace que todo ello sea difícil, nos dicen las empresas, a lo que nosotras decimos que no es difícil, es caro. La otra gran causa es la brecha vertical, el techo de cristal o la dificultad que tienen las mujeres para ocupar los puestos de decisión y alta dirección, a pesar de representar el 80% de las plantillas. 

    En Sectores Sociosanitarios, la principal causa de la brecha es el poco valor que históricamente se ha dado al trabajo de dispensar cuidados a personas dependientes. Esta causa se puede desmenuzar en múltiples causas derivadas, como la relativamente reciente profesionalización, las peores condiciones laborales, la creciente parcialidad en la contratación, la falta de promoción profesional o que gran parte del sector esté delegado en manos privadas que mercantilizan unos servicios que constituyen derechos fundamentales, y que por lo tanto a nuestros ojos deberían dispensarse desde una gestión pública. 

     

    Pero, como siempre, no nos quedamos ancladas en el diagnóstico y la denuncia, sino que tenemos muchas y buenas propuestas para acabar con la brecha salarial. Como fondo, tenemos nuestra gran propuesta reivindicativa de un Pacto de Estado Integral por los Cuidados, porque es vital para las mujeres que cambie el sistema y la repartición  sexual de los trabajos de cuidados. Y como herramienta feminista y transformadora fundamental del trabajo diario, tenemos los planes de igualdad, en los que estamos consiguiendo con la ayuda de los RDL 901/2020 y 902/2020 abrirnos paso hacia una imprescindible transparencia retributiva y corrección de brechas injustificadas, así como avanzando en la revaloración de los puestos de trabajo con perspectiva de género. También desde este ámbito nos ayudarán las medidas para concienciar a los hombres de que el trabajo de cuidados también es suyo, para disminuir la parcialidad que tanto nos perjudica y muchas más.

    La democracia exige igualdad y la brecha salarial dura ya demasiados años. Las mujeres decimos:

    Basta. No podemos esperar, porque en 2025 #YaVamosTarde.

    Silvia Espinosa

    responsable de Mujeres y Políticas de Igualdad FSS-CCOO

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