Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios | 7 enero 2025.

Sin ninguna vergüenza y utilizando el Senado, cumbre mundial de la ultraderecha: antifeminista, LGTBI+fobia, racista y negacionista

    El pasado 2 de diciembre, fue un día para la indignación. Con el beneplácito del PP, que tiene mayoría absoluta en la Cámara Alta, tuvo lugar en una sala del Senado la XI Cumbre Transatlántica, una cita intercontinental de la derecha cristiana más extrema, organizada por el Grupo Red Política de Valores. 

    04/12/2024.
    Sin ninguna vergüenza y utilizando el Senado, cumbre mundial de la ultraderecha: antifeminista, lgtbifóbica, racista y negacionista

    Sin ninguna vergüenza y utilizando el Senado, cumbre mundial de la ultraderecha: antifeminista, lgtbifóbica, racista y negacionista

    Acudieron a ella 200 líderes y lideresas de la derecha más reaccionaria y extrema, provenientes de 45 países, y nos preocupa muchísimo que también acudieran representantes que hasta ahora eran considerados como derecha moderada, tradicional o democristiana. Juntos, sin ningún pudor, a los cuatro vientos y desde un escenario de excepción, proclamaron sus posicionamientos ideológicos que suponen gigantescos pasos atrás en materia de derechos y libertades civiles, especialmente para los derechos de las mujeres.

    Manchando históricamente nuestro Senado se compartieron discursos completamente empapados del machismo más rancio, del integrismo religioso más sectario y de ODIO. Odio hacia las mujeres libres que deciden sobre sus cuerpos y sus vidas, que luchan por sus derechos. Odio hacia las personas y familias LGTBI+ que tienen derecho a vivir sin miedo su realidad diversa. Odio hacia las personas migrantes que dejan sus raíces en busca de una vida digna. Discursos añejos, antiguos, reaccionarios y antidemocráticos, que son una verdadera amenaza y que van en contra de la ciencia, los derechos humanos, nuestras leyes y el pensamiento de la mayoría de nuestra sociedad. 

    Destacaron algunos nombres propios como Javier Puente, Director General de Innovación (el título parece una broma de mal gusto)del Gobierno de Cantabria y Fernando Carbonell, senador de Vox, que hicieron de anfitriones; o el exministro Jaime Mayor Oreja, quien estuvo especialmente inspirado rechazando la teoría de la evolución en favor de la creación divina y afirmando que “reemplazar un orden social basado en fundamentos cristianos por un implacable desorden social” era el peor problema que tiene nuestro mundo. También destacaron José Antonio Kast, defensor de la dictadura de Pinochet en Chile o Lucy Akello, diputada de Uganda que apoya la pena de muerte contra las personas por el solo hecho de tener diversa orientación sexual. Durante toda la cumbre se aclamó a Donald Trump, Javier Milei o Georgia Meloni como “chispas de esperanza” y modelos a seguir. 

    Especialmente vapuleado fue el buque insignia de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres: el derecho al aborto. Con mentiras como que es un método anticonceptivo para adolescentes, que el feminismo quiere que las mujeres se desliguen de la maternidad, comparando el derecho al aborto con la esclavitud o diciendo que la exigencia legal de que exista un registro de personal médico objetor de consciencia es una persecución hacia estas personas. Por si no era así, nos ha queda claro que si existe un derecho amenazado sobre todos los demás, es sin duda el derecho al aborto. 

    Esta muestra de avance de las ideologías fundamentalistas no nos coje desprevenidas, hace tiempo que lo vemos por todo el mundo, pero aquí en España, el hecho de que esta Cumbre tenga lugar en un espacio que simboliza la soberanía popular, y lo haga de la mano del Partido Popular, es muy significativo. 

    Aunque desde CCOO sabemos muy bien que los derechos nunca se conquistan para siempre y que hay que seguir defendiéndolos siempre, lo que pasó ayer es otra señal inequívoca de que debemos estar alerta y en guardia como nunca, dispuestos y dispuestas a salir a la calle y a combatir, desde nuestro sindicalismo feminista y de clase, para no perder lo conseguido, y para seguir ganando derechos. La cuarta ola feminista aún nos impulsa con vigor reformador hacia una sociedad con más derechos, más justa y más democrática.

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