Jornada organizada por la OIT llamada "Diálogos sobre Trabajo de Cuidados"
En la mesa Manuela Tomey estuvo acompañada por Soledad Murillo, Secretaria de Estado para la Igualdad, y Justa Montero, reconocida activista feminista y experta en género. Entre las tres abordaron el tema de los cuidados desde las vertientes económica, laboral y social, de presente y sobretodo de futuro.
Cuando hablamos de cuidados hablamos de salud, dependencia, educación, trabajo doméstico, trabajo social...en definitiva de todo ese trabajo que hace falta para sostener la vida humana y por ende nuestra sociedad. Queda muy claro que este concepto integra tanto el trabajo remunerado como el no remunerado, aquel que por ser invisible no deja de ser trabajo y susceptible de ser valorado económicamente. Sobra decir que todo este trabajo lo hacen en su mayor parte mujeres, trabajadoras fuera y dentro del hogar que dedican gran parte de su tiempo, de su vida, a los demás. Esta carga es la principal causa que explica, en gran parte, que todavía no exista la ansiada igualdad real de derechos y oportunidades.
Felicitamos a la OIT por este importante estudio mundial, en el que encontramos algunos mensajes clave, refrendados con números, para España:
+La demanda de trabajo de cuidados es constante, con un descenso de la demanda de cuidado infantil y un aumento en el de personas mayores.
+El trabajo de cuidados no remunerado es vital para el bienestar humano y la economía, pero continúa permaneciendo invisible y no reconocido. En España, las mujeres realizan casi el 68% del mismo.
+La participación en el trabajo de cuidados no remunerado afecta negativamente las perspectiva de empleo y obstaculiza la calidad del trabajo de las mujeres.
+La mala calidad del trabajo para las trabajadoras y los trabajadores del cuidado conduce a un trabajo de cuidado de baja calidad.
+Avanzar en calidad de los servicios requiere avanzar en calidad de empleo, y por tanto en aumentar los recursos e inversiones.
Desde la FSS-CCOO conocemos muy bien el tema, no en balde representamos a los sectores más feminizados y es sobretodo el de la dependencia, el cual constituye una extensión al mundo productivo de lo que históricamente fue y es tarea invisible de mujeres en los hogares, un ejemplo de precariedad laboral, poca valoración social, infradotación de recursos y por tanto fuente de discriminación para el 90% de mujeres que en él trabajan. Por el contrario, el cuidar de personas dependientes y ancianas y procurarles una vida digna, conlleva muchas habilidades sociales, conocimientos y vocación. Mirando al futuro, las estadísticas poblacionales y el avance tecnológico, está claro que un robot nunca va a sustituir una relación humana, por lo que el sector de los cuidados en general y el de la dependencia en particular, siempre van a ser básicos.
Podemos decir, sin tapujos, que de la economía de los cuidados, o cómo esté organizado este trabajo dentro de una sociedad, dependen la cohesión social y la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres.
Desde la FSS-CCOO, creemos que es necesario cambiar el paradigma de la organización del trabajo de cuidados: hay que medir y valorar el trabajo invisible en los hogares; hay que mejorar la calidad del empleo de los trabajos de cuidados; hay que implementar políticas públicas donde el bienestar de las personas sea el centro; asegurar una corresponsabilidad en los cuidados por parte del Estado, la familia y los hombres; hay que descargar a las mujeres de ese pesado trabajo, para que puedan enfrentarse al mundo en igualdad, y en esa línea seguiremos trabajando.