La FSS-CCOO reclama a la ciudadanía mayor compromiso social ante el uso de mascarillas

    16/07/2020.
    La FSS-CCOO reclama a la ciudadanía mayor compromiso social ante el uso de mascarillas

    La FSS-CCOO reclama a la ciudadanía mayor compromiso social ante el uso de mascarillas

    La FSS-CCOO reclama a la ciudadanía mayor compromiso social ante el uso de mascarillas.

    Los trabajadores y trabajadoras de los centros y servicios sanitarios y sociosanitarios necesitan recuperarse psíquica y físicamente de los meses sin descanso que ha durado la pandemia.

    No desistieron, no bajaron las manos, se expusieron al riesgo de contagio sin medidas de protección adecuadas, este verano debe ser de ellos y ellas, para que se recuperen para que no vuelvan a ser héroes ni heroínas, por su seguridad y por la de toda una sociedad

    NO TE QUITES LA MASCARILLA

    Respeta las distancias de seguridad

    Evita aglomeraciones

    Cumple las recomendaciones de las autoridades sanitarias

     

    Podemos encontrar algunos datos que explican la situación del personal sanitario y sociosanitario del estudio Condiciones de trabajo, inseguridad y salud en el contexto del COVID19, estudio de la población asalariada de la encuesta COTS, entre ellos:

    Que la proporción de personas que fueron a trabajar con síntomas fue superior al 13,1% global en algunas ocupaciones por las que se preguntó específicamente en COTS, muy llamativamente sanitarias (1 de cada 4 participantes entre TCAEs y algo menos entre auxiliares de geriatría y personal de enfermería)

    Que más del 70% de los/as participantes en el estudio manifiestan haber ido a trabajar a su empresa u organización, cree haber trabajado en algún momento sin las medidas de protección adecuadas. Entre las ocupaciones más afectadas por esta problemática, destacan las sanitarias.

    En la tercera Encuesta de Riesgos Psicosociales del año 2016 se estimó que un 22,3% de la población asalariada residente en España estaba en situación de alta tensión, mientras que en COTS este porcentaje prácticamente se duplica hasta el 44,3%. Mujeres (47,8%), trabajadores manuales (51%) y aquellos/as con dificultades para cubrir las necesidades básicas del hogar (54,8%) son grupos especialmente expuestos. Varias de las ocupaciones de primera línea seleccionadas tienen a más de la mitad de sus integrantes expuestos a alta tensión y la mayoría se sitúan por encima de la media.

    Más de dos de cada cinco participantes en situación de no cubrir a menudo sus necesidades básicas con su salario declaran haber empeorado su estado de salud durante la pandemia, casi un 10% más que entre quienes sí cubren sus necesidades básicas. Entre las ocupaciones seleccionadas para este estudio), los y las TCAE son las que más declaran empeorar su salud general, más de la mitad (51,8%), seguidas de las gerocultoras (46,6%), enfermeros (45,8%).

    Apenas uno de cada cinco participantes (19,5%) en situación de no cubrir a menudo sus necesidades básicas con su salario declaran no haber tenido problemas de sueño, o solamente alguna vez, en el último mes. En contraste, más de la mitad (51%) manifiesta haber tenido problemas de sueño siempre o muchas veces en el últmo mes, un 14,1% más que entre quienes sí cubren sus necesidades básicas. Auxiliares de geriatría (56,6%), TCAE (55,2%) y limpiadoras (52,4%) son quienes más declaran problemas muchas veces o siempre

    Una de cada tres (36,7%) participantes considera que su estado de salud general empeoró en relación al que tenía antes de que se decretara el estado de alarma, deterioro más frecuente entre mujeres que entre hombres (41,6% frente a 31,9%), entre TCAEs (51,8%), gerocultoras (46,6%), enfermeros (45,8%).

    Dos de cada tres personas que no pueden cubrir sus necesidades básicas con su salario tienen un alto riesgo de padecer mala salud mental, esto es, un 18,5% más que a quienes sí les alcanza. Auxiliares de geriatría (73%), TCAE (71,5%) fueron de las ocupaciones con mayor riesgo de padecer mala salud mental.

    Alrededor de uno de cada tres enfermeros, médicas, limpiadoras, gerocultoras y TCAE declaran consumir tranquilizantes, sedantes o somníferos durante la pandemia. En el caso del porcentaje de limpiadoras su consumo se ha duplicado (del 16,9% pre-pandemia al 34,7%), similarmente a las auxiliares de geriatría (14,3% al 32,3%); en cambio, el incremento relativo para auxiliares de enfermería prácticamente se ha triplicado (11,6% al 31,6%), para enfermeros ha aumentado más de tres veces (10,7% al 37,5%) y en el caso de médicas se ha quintuplicado (del 6,9% a 34,7%).

    El 17% de las gerocultoras participantes afirman haber cogido una IT a causa de ser caso confirmado o sospechoso de COVID-19. Esta cifra se eleva a casi una de cada cuatro si añadimos aquellas en que la incapacidad fue a causa de un contacto. En menor grado, médicas/os, enfermeros/as y TCAE bordean el 15%, si bien las primeras son mayoritariamente por contacto y el resto por ser caso.

     

    Asimismo, recordamos que el Comité de Salud y Servicios Sociales de EPSU se marca los siguientes objetivos, entre otros:

    · Garantizar la seguridad del personal sanitario aumentando y consolidando la provisión de EPIS.

    · Asegurar que todos los profesionales de los hospitales expuestos al Covid-19 y Atención Primaria sean examinados regularmente para prevenir nuevos brotes.

    · Mantener los hospitales y sistemas de atención sanitaria preparados para hacer frente a una posible nueva oleada de contagios.

    · Reducir la carga de trabajo del personal que ha trabajado en primera línea contra el Covid-19.Relanzar el papel de los interlocutores sociales y el diálogo social.

    · Fijar una semana conmemorativa a nivel europeo para poner en valor el sacrificio del personal sanitario durante esta crisis.

    · Coordinar un aumento de sueldo/compensación en toda Europa y no sólo en la UE.Asegurar inversiones sólidas en sanidad para fortalecer y recuperar los recortes de los últimos años.

    · Apoyar el plan “nextgenenaration EU” de la comisión europea, que reunirá fondos elevando temporalmente el límite máximo de los recursos propios hasta el 2 % de la renta nacional bruta de la UE, lo que permitirá a la Comisión hacer uso de su potente calificación crediticia para tomar prestados 750.000 millones de euros en los mercados financieros y que se invertirán en: un nuevo programa de sanidad (EU4Health) que refuerce la seguridad sanitaria y nos prepare para futuras crisis en ese ámbito, creación de una reserva de suministros y EPIS a nivel de la UE, vigilar la escasez de medicamentos, fomentar el intercambio de datos de salud para ayudar a la investigación.

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