Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO Euskadi | 21 noviembre 2024.

Las enfermeras de CCOO aseguran que el nuevo decreto supone una oportunidad perdida para desarrollar la prescripción enfermera

    Para este sindicato la solución debe comenzar por la modificación de la Ley 29/2006 de Garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios y la 44/2003 de Ordenación de las profesiones sanitarias para posteriormente abrir un proceso negociador, democrático y representativo, que desarrolle una nueva normativa sobre prescripción enfermera en la que quepa tanto la prescripción colaborativa como la autónoma. CCOO está convencido de que así se dotará de una mayor eficiencia y eficacia al SNS, como así lo demuestra la experiencia en aquellos países avanzados de nuestro entorno donde ya funciona desde hace años sin ningún tipo de problemas administrativos ni corporativos.

    08/11/2018.

    La publicación del RD 1302/2018 por el que se modifica el RD 954/2015 de la mal llamada, por inexistente, prescripción enfermera, viene a solucionar algunas cuestiones, entre otras, garantizar la cuestionada seguridad jurídica en la administración de las vacunas del calendario, razón por la que resulta curioso que se publique justo antes de comenzar la campaña de vacunación, como si evitar nuevamente el conflicto fuese el principal objetivo de la publicación.

    Y es que el texto del RD 1302/2018 no es otra cosa que una operación cosmética que se ha limitado a eliminar algunas aristas del anterior RD 954/2015, sin que haya entrado a regular las cuestiones de peso que afectan sustancialmente al desarrollo y reconocimiento de la profesión enfermera, por las que CCOO se posicionó desde un principio en contra y que, por acción u omisión, continúan insertas a lo largo del texto de la disposición.

    CCOO siempre se ha posicionado por una solución radical a este conflicto. Y decimos radical porque hay que ir a las raíces y origen del mismo para encontrar una solución satisfactoria, tanto para el desarrollo de la profesión como para la propia eficiencia del SNS.

    A este respecto, no hay que olvidar que el RD al que nos referimos no es más que el desarrollo de la LEY 29/2006 de Garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios, Ley que establece una clara diferenciación entre profesiones prescriptoras (Medicina, Odontología y Podología) y las que sólo tienen competencias como indicadoras (Enfermería).

    Por tanto, cualquier norma que se limite al desarrollo de la Ley mencionada no hará otra cosa que perpetuar una situación que consideramos obsoleta y seguirá impidiendo el normal desarrollo de la profesión en consonancia con las progresivas competencias que incluye su formación.

    Y este es el principal problema que detectamos en el RD recientemente aprobado. Más que un reconocimiento y ampliación de competencias, como alegre e interesadamente publicitan quienes en su redacción han intervenido, es justamente lo contrario, una gran ocasión perdida que cercena por mucho tiempo cualquier posibilidad de implantación de la prescripción enfermería autónoma.

    En cuanto a los actores que han participado en semejante despropósito en el llamado Foro de las Profesiones Sanitarias, hay de decir que tanto los sindicatos SATSE y CESM como los colegios profesionales han demostrado su incapacidad negociadora y de representatividad profesional, el desconocimiento de la realidad asistencial y de las competencias enfermeras y su cortedad de miras.

    Para CCOO, la solución debe comenzar por la modificación de la Ley 29/2006 de Garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios y la 44/2003 de Ordenación de las profesiones sanitarias para posteriormente abrir un proceso negociador, democrático y representativo, que desarrolle una nueva normativa sobre prescripción enfermera en la que quepa tanto la prescripción colaborativa como la autónoma y que, estamos seguros, dotará de una mayor eficiencia y eficacia al SNS, como así lo demuestra la experiencia en aquellos países avanzados de nuestro entorno donde ya funciona desde hace años sin ningún tipo de problemas administrativos ni corporativos.

    No podemos obviar que los firmantes de este acuerdo ya firmaron uno anterior en el que venían a decir que las enfermeras no tenían competencia para prescribir y, por tanto, necesitaban una formación complementaria. Algo que denunciamos por parte de CCOO, teniendo en cuenta que Enfermería cuenta con más créticos en Farmacología Clínica que otros profesionales que sí están autorizados, algo que en este Real Decreto han venido a reconocer su error.

    Este Real Decreto nace muerto, no va a ser posible que la organización médica colegial y el colegio de Enfermería sean capaces de ponerse de acuerdo para seguir desarrollando protocolos sobre prescripción enfermera, como sí ocurre en otros ámbitos donde quienes participan en este desarrollo son las Sociedades Científicas.