Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO Euskadi | 26 abril 2024.

Comparecencia en el Parlamento Vasco de Iñigo Garduño, secretario general de la FSS de CCOO Euskadi

    La Federación de Sanidad de CCOO Euskadi ha trasladado al Parlamento Vasco, con la comparecencia su secretario general en  la Comisión de Salud, su inquietud por la situación vivida en Osakidetza en la crisis sanitaria que estamos padeciendo y señalando que la fractura sufrida en el Servicio de Salud no sólo es fruto de la pandemia por el Covid-19, sino fruto de muchos años de inacción en materias fundamentales como son una dotación presupuestaria que garantice la cobertura e incluya una partida especifica para la Atención Primaria, la educación para la salud a la población, la dotación de una plantilla suficiente y estable, disminución drastica de la eventualidad, la prevención de riesgos laborales, etc.

    18/11/2020.
    Comparecencia en la Comisión de Salud en el Parlamento Vasco

    Comparecencia en la Comisión de Salud en el Parlamento Vasco

    Está claro que, tras la situación de pandemia y alerta sanitaria en la que nos hemos visto envueltas y en la que, de nuevo nos encontramos inmersas, es imposible no hacer un antes y después en Osakidetza.

    El antes de la pandemia en Osakidetza

    Si hablamos del antes de la pandemia de Osakidetza, nos podríamos remitir directamente a lo que ya expresábamos en otras comparecencias como esta, porque Osakidetza lleva años arrastrando los mismos defectos, a pesar de los cambios de Direcciones y de las pomposas declaraciones en los medios de sus dirigentes. Sin entrar demasiado en profundidad, porque seguro que no es la primera vez que se habla de estas cuestiones en este foro, nos podríamos centrar en las siguientes cuestiones.

    A)Disfunciones presupuestarias.

    Si hablamos del presupuesto destinado a Osakidetza, tenemos que hablar de varias cuestiones.

    -Aunque el gasto por habitante sea de los mayores del Estado, el porcentaje del PIB que destinamos a Salud está por debajo de la media europea. En Euskadi, a pesar de tener el mayor gasto de todo el estado en Sanidad, un 20% más de gasto por habitante protegido que la media nacional, es un 40% menor que la media europea, que en esa misma fecha era de 2.800 €.

    -El presupuesto de Osakidetza, aun siendo la mayor partida de los presupuestos de la CAV, sigue estando en niveles del periodo de austeridad: En el año 2010, el presupuesto del Departamento de Salud suponía el 35’28% del total; entre el 2011 y el 2018, suponía alrededor del 33%. Por eso decimos que llevamos años arrastrando los recortes y los seguimos padeciendo hoy por hoy.

    -El presupuesto de Osakidetza sigue siendo hospitalocentrista y el sistema de OSIs, parece que lejos de solucionarlo lo ha agravado. Esto ha repercutido directamente en la situación que venía viviendo la Atención Primaria antes de la pandemia y que con está ya ha colapsado completamente.

    B)Personal

    Hay que hacer un análisis profundo del personal del que dispone Osakidetza en este momento y de las necesidades que tendrá a medio y largo plazo, abandonando la costumbre de poner parches respecto al personal sin atajar los problemas de fondo y aumentando la plantilla estructural de Osakidetza.

    El único Plan de Ordenación de Recursos Humanos aprobado en Osakidetza, que solo contó con el visto bueno del Sindicato Médico, fue el del periodo 2014-2016 y después ya no se ha renovado. Es necesario hacer un mapeo de la situación actual que tenga en cuenta variables como la edad (cuya media es alta en este momento); las categorías existentes y las que serán necesarias próximamente; aflorar las plazas que, estando cubiertas por personal eventual, debieran ser ya plazas estructurales; las futuras necesidades de categorías para adaptarlas a nuestra capacidad de formar dichos profesionales (no podemos volver a dejar plazas de formación de residentes sin ofertar en Osakidetza como ha sucedido durante varios años) y establecer herramientas para mantener a las residentes.

    C)Calidad del empleo en Osakidetza

    Hay que abordar de una vez la temporalidad en Osakidetza:

    -Temporalidad: Según la auditoría elaborada por Deloitte, en el 2017, la plantilla estructural era 26.494 plazas, pero el número medio de plantilla a lo largo del año era de 35.753 personas. No es razonable mantener a más de 9.000 personas temporales, sobre todo si queremos hacer atractivo el trabajo en Osakidetza. Del mismo modo, no se entiende que haya alrededor de 2500 personas interinas que llevan más de 10 años como interinas, de las que 300 llevan más de 20 años.

    -Falta de negociación colectiva: Llevamos años denunciando que en Osakidetza no hay negociación colectiva. Primero, por la mala calidad de la negociación, cuestión que ha sido ratificada por varias sentencias en las que se dejaba constancia de que no ha habido negociación real en Osakidetza. Segundo, por la falta de acuerdos en los últimos años y por el incumplimiento de varios de ellos, el más flagrante, seguramente, el de la Carrera Profesional. Hoy tenía que haberse celebrado una Mesa Sectorial que se ha aplazado finalmente, pero en el orden del día y después de haber celebrado tres huelgas, no había ningún punto que fuese a abordar nuestras reivindicaciones. En la Mesa Sectorial solo se habla de los que le interesa a Osakidetza.

    -Privatizaciones: La partida de “Conciertos fuera de la Administración de la CAE” de Euskadi es una de las que menos ha variado en los presupuestos en los últimos 10 años y además es una de las cuestiones más opacas en Osakidetza. Se incumple además el acuerdo de Mesa General de 2010 que establecía no externalizar nuevos servicios, acuerdo que hubo que hacer valer, por ejemplo, tras la apertura del Hospital de Urduliz, ya que de primeras se privatizaron varios servicios, aunque eso iba en contra de los acordado en la Mesa General. Hasta ahora, nadie ha sido capaz de demostrar que la externalización de servicios suponga alguna mejora para el servicio prestado.

    -Podría incluirse dentro del apartado de Negociación Colectiva, pero merece la pena destacar las siguientes cuestiones:

    ·Plan de Igualdad de Osakidetza: Resulta inconcebible que Osakidetza, la Administración Vasca más feminizada siga, a día de hoy, sin tener aprobado su Plan de Igualdad. Además, la participación de la parte sindical ha sido de lo más deficiente, puesto que no se nos permitió participar en la fase de la elaboración del diagnóstico del plan, las bases sobre las que después se debe construir todo el plan. Y nada de todo esto es achacable a la pandemia, ya que viene de antes.

    ·Evaluación de riesgos psicosociales: Todo el proceso de elaboración, que viene de lejos, ha sido la demostración de que Osakidetza actúa de manera unilateral. Esto es algo que la Inspección de Trabajo ha declarado en varias ocasiones. Tener una evaluación de riesgos bien hecha, hubiera sido muy útil durante la primera ola, ero Osakidetza optó por hacer las cosas de manera incorrecta. Destacar que el principal factor de riesgo que se ha detectado entre la plantilla es la cuestión del mal liderazgo y de los problemas con los mandos jerárquicos.

    ·Hay que repensar el sistema de perfiles lingüísticos de Osakidetza y de las Administraciones Vascas en general, con unas acreditaciones más basadas en las competencias que se utilizarán en el día a día, diferenciando competencias orales y escritas. El sindicato tiene toda una propuesta en torno a esto. En el sistema actual, Osakidetza se hace trampas al solitario, exigiendo prácticamente los mismos perfiles a todas las categorías, sin tener en cuenta qué necesidades tendrán en su día a día y sabiendo que en ciertas categorías va a ser imposible cumplir con el número de plazas perfiladas exigido (principalmente el personal facultativo). Todo esto hace que el resto de categorías sean las que se sobrecargan para alcanzar los porcentajes de perfiles.

    Durante y después de la pandemia en Osakidetza

    El Covid-19 ha sido una prueba de fuego para Osakidetza, exponiendo al máximo los efectos de los recortes y los vicios que ya arrastraba de antes.

    Durante la pandemia nos hemos encontrado la mayor parte del tiempo sin interlocución con Osakidetza. En un momento en el que las representantes de la plantilla no solo es que necesitáramos la información suficiente para transmitir a la plantilla, sino que podíamos haber aportado mucho a la gestión de la pandemia en los centros.

    Y es que en los centros no se ha escuchado ni a la plantilla ni a sus representantes. El ejemplo más claro sería lo sucedido con un grupo de enfermería que, cuando se habilitaron nuevos espacios de UCIs en su hospital, propusieron la creación de grupos mixtos mezclando trabajadoras experimentadas con otras noveles para garantizar un grado de experiencia suficiente, se les negó esto que parece de sentido común. Ese ha sido el nivel de unilateralidad y escucha en unos momentos tan duros y complicados para toda la plantilla.

    No solo muchas Direcciones han estado desaparecidas. Desde hace meses, y en estos momentos sigue siendo así, Gorliz, Urduliz y Santa Marina no han contado con su propio médico o médica de Salud Laboral, teniendo que ocuparse la OSI Cruces de esos centros. Es incomprensible que se dé esta situación en estado de alerta sanitaria.

    Pero tal vez esa falta de personal y el hecho de que no se haya hecha una evaluación específica de riesgos frente al Covid explican, por ejemplo, el brote de Gorlz entre el personal de Gorliz. En el mes de julio, una sentencia dictada tras demanda presentada por CCOO, reconoció que los hospitales de Gorliz y Santa Marina y la Red de Salud Mental de Araba no habían hecho su evaluación de riesgos frente al Covid y, hoy por hoy, seguimos sin tener constancia de que se haya hecho.

    Las sentencias son claras, se ha puesto en riesgo la vida del personal de Osakidetza y aquí, nadie asume su responsabilidad ni entona el mea culpa. Más bien lo contrario, y frente al brote que se da actualmente en el Hospital Donostia, lo único que dice la gerencia, literalmente, es que los casos registrados “se deben a diversas circunstancias entre las cuales se encuentran contactos con convivientes, contactos sociales y otros; y en un porcentaje menor se deben a contactos con pacientes y otros u otras profesionales.” Más allá de que utilice correctamente el lenguaje inclusivo, lo demás es un despropósito, además de que ignora que todo positivo de personal sanitario o sociosanitario se presupone que es de origen laboral durante el estado de alerta sanitaria. Poco más o menos lo mismo que decía la dirección de la OSI Bilbao-Basurto cuando achacaba su brote a que sus profesionales desayunaban juntos. Es una tomadura de pelo y una falta de respeto a las profesionales. Hay que recordar también que tuvimos que demandar en los juzgados que se hicieran pruebas de detección del virus a toda la plantilla de Osakidetza, lo que el auto del TSJPV obligó a finales de abril, cuando para entonces ya llevábamos dos meses de pandemia y que, también la Inspección de Trabajo ha declarado que, aun habiendo material de protección suficiente, a ciertas categorías no se les ha facilitado ese material a pesar de ser necesario para su protección.

    Igual que lo ha sido la actuación del Gerente de la OSI San Eloy, que se intervino en su hospital cuando ya se habían restringido todas las intervenciones a las estrictamente necesarias. Esto no lo negó nunca la Consejera Murga, pero aunque es de suponer que el Gerente habría fallado a la confianza de la Consejera por no cumplir con lo que la Consejería había decidido, de esto, nunca más se supo ni se exigió ninguna responsabilidad.

    En definitiva, el mayor tesoro de Osakidetza son sus profesionales, de las que se podría decir eso de “qué buen vasallo si tuviese buen señor”.

    Ya en la post-post Covid, habrá que ver cómo se gestiona el ponernos al día de nuevo con las listas de espera. No solo con las de las intervenciones quirúrgicas, sino también con las citas con especialistas, que es algo de lo que no se hablaba habitualmente y son al menos igual de importantes que las de las intervenciones.

    Para acabar, y ya que estamos hablando del Covid y de la pandemia, hay que reconocer y recalcar que la solución o la salida a una pandemia como esta no puede dejarse solo en manos de Osakidetza. Es cierto que una Atención Primaria fuerte y dotada de recursos suficientes, con un buen trabajo comunitario previo, hubiese ayudado a que el impacto del Covid no hubiese sido tan fuerte pero, como dicen en el libro “Epidemiocracia”: “Las pandemias son problemas sociales más que médicos, y, por tanto, sus soluciones deben ser sociales.”