La Sanidad Privada se desangra

  • La pandemia COVID-19 provoca la fuga masiva de profesionales mal pagados y poco reconocidos
  • Ante la demanda de los sistemas sanitarios públicos autonómicos que ofrecen mejores condiciones laborales

La sanidad privada de la Comunidad de Madrid se está desangrando y perdiendo su activo más valioso sus trabajadores/as que, ante las condiciones draconianas en las que trabajan y los salarios muy por debajo de lo que cobran sus compañeros y compañeras de la sanidad pública y de otros países de nuestro alrededor, están migrando hacia puestos que les permiten mejores condiciones y mayor oportunidad para su desarrollo profesional, personal y familar. La pandemia de coronavirus ha acelerado las deserciones de profesionales, que aprovechan la demanda en los centros públicos cuyas plantillas también estaban diezmadas y bajo mínimos por las políticas que los gobiernos neoliberales llevan décadas practicando en nuestra región. Era un secreto a voces. Desde CCOO lo comunicamos a los principales responsables de Recursos Humanos de las empresas mayoritarias del sector, los trabajadores/as de la sanidad privada de la Comunidad de Madrid no se sienten reconocidos ni valorados por las Direcciones de sus centros.

31/08/2020.
La Sanidad Privada de Madrid se desangra

La Sanidad Privada de Madrid se desangra

Esto trae como consecuencia inevitable, un trasvase masivo de profesionales del sector a la sanidad pública, necesitada de refuerzo en época de pandemia, o a cualquier otra empresa que valore mínimamente el esfuerzo y sacrificio de los profesionales sanitarios, tan cotizados en toda Europa, y tan poco reconocidos en sus condiciones laborales dentro de los equipos de trabajo del sector.

La realidad de las y los trabajadores de la sanidad privada de la Comunidad de Madrid es la siguiente:

  • Mínimos ratios de personal, ante la ausencia de reglamento o ley que lo configure, la cual debería garantizar auténtica calidad asistencial a la par que velar por la seguridad y salud de los profesionales.
  • Máxima carga de trabajo y presión asistencial: frente a un promedio de tres trabajadores/as de la sanidad pública, nos encontramos con uno en la sanidad privada, con todas sus consecuencias. Para la patronal significa eficiencia y rentabilidad, obviando que la base de la actividad sanitaria y sociosanitaria es la PERSONA. Pacientes con múltiples realidades en su momento más vulnerable, la enfermedad, y que a día de hoy, demandan una atención integral, con lo que supone en cuanto a presión asistencial para los profesionales, que no se sienten ni valorados ni compensados por sus responsables.
  • El Convenio Colectivo regulador del sector está obsoleto, debido entre otras causas, a la desidia de la patronal por actualizar las relaciones laborales de sus trabajadores/as, acordes a una sanidad del siglo XXI en Europa.
  • El sector se ha reconvertido en los últimos años en un sector pujante, tecnológicamente puntero y con la capacidad de atender las demandas de su población diana. Pero estas inversiones y fusiones empresariales se han traducido en reformas estructurales de las sociedades, han aparecido nuevos centros sanitarios o renovación de los ya existentes (basta con darse un paseo por los centros sanitarios privados o concesionados y apreciarlo), se están adecuando las necesidades asistenciales y digitales en los centros vistas como volumen de negocio. Pero, eso sí, sin haberse traducido en ninguna compensación a sus magníficos profesionales, los cuales son los principales artífices del despunte de la sanidad privada en nuestra región.
  • El diálogo con la representación legal de los trabajadores (RLT), en muchos casos, se trunca, ante la pasividad en la resolución de los conflictos por parte de las direcciones, en cuyas manos se encuentra la capacidad organizativa y posibilidad de mejora de los profesionales. Debido a ello en ocasiones, como herramienta ineludible, la RLT se ve obligada, con el respaldo total de CCOO, a acudir a la Inspección de Trabajo o a los Juzgados de lo Social, para solventar asuntos tan importantes como la VIGILANCIA DE LA SALUD de los trabajadores/as, la adaptación de los puestos de trabajo del personal sensible (p.ej. embarazadas y oncológicos), VULNERACIONES en materia de derechos fundamentales como la violación de la libertad sindical, reivindicación y expresión en los centros de trabajo, por lo que la labor de la RLT es realmente difícil y nada gratificante.
  • La realidad laboral de los profesionales de la sanidad privada de la Comunidad de Madrid es PRECARIA, y los trabajadores/as, deseando legítimas mejoras, buscan soluciones en otros sectores, abandonando sus contratos indefinidos o temporales, por un puesto de trabajo donde simplemente puedan CONCILIAR, llevar una vida digna junto a sus familias. De ahí que en estos últimos meses, y en medio de una pandemia de COVID-19, médicos, enfermeros/as, auxiliares de enfermería, técnicos sanitarios, administrativos y celadores, hayan pasado a engrosar las plantillas de la sanidad pública, también mermadas por las políticas neoliberales en una proporción alarmante.

Desde CCOO denunciamos la precariedad del sector y reivindicamos la necesidad de mejora para los trabajadores/as, incluso con una visión que la propia patronal debería ya valorar si espera alcanzar sus objetivos a medio plazo, pero ante la inacción de los responsables, vemos día a día como la sangría de profesionales aumenta.

¿ Hasta cuándo las empresas aguantarán el tirón ?

¿ Serán capaces de sacrificar calidad asistencial y liderazgo sanitario, más allá del manido marketing social corporativo, sin sus profesionales ?

Ésta nueva ola de COVID-19 no puede ser asumida por los profesionales de la sanidad privada de la Comunidad de Madrid, simplemente por la falta de recursos humanos. La sanidad privada se desangra.

CCOO continuará luchando por los derechos de todos los profesionales de la sanidad privada de la Comunidad de Madrid, pues se dejan la piel y salvan vidas cada día en sus centros sanitarios, con una vocación mayúscula, pero huérfanos de reconocimiento social y laboral.

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