Desde la FSS-CCOO nos unimos a la indignación y vergüenza por la sentencia de la "manada"

  • Artículo de la secretaria de la Mujer y Políticas LGTBIQ de la FSS-CCOO, Silvia Espinosa López

27/04/2018.
Manifestación frente al Ministerio de Justicia en Madrid

Manifestación frente al Ministerio de Justicia en Madrid

Ayer, 26 de abril de 2018, fue un día aciago para las mujeres. Un mal día en el que conocimos, por fin y después de seguir el caso al detalle, la sentencia sobre la violación en grupo de "la manada".

Esperábamos una sentencia ejemplarizante y lo fue, pero no en el sentido justo de defensa a la víctima y castigo a los monstruos, sino en el contrario. Lo que pensábamos que iba a ser una herramienta contra las más de 1.000 violaciones que se denuncian al año en España, y contra las otras miles que se sufren en silencio e impunemente, se convirtió ante nuestros ojos atónitos en un mensaje que nos hace más vulnerables a nosotras, y más fuertes a los monstruos.

Ya durante el proceso nos indignó que no se tuvieran en cuenta, como prueba, los mensajes entre ellos previos al viaje a Pamplona, mensajes en los que preparaban la "diversión" llamándola por su nombre "?que después queremos violar todos". En cambio, sí se admitió como prueba que ella sonriera en las fotos después de la agresión, echándosele en cara que siguiera con su vida?la cosa pintaba mal, porque se estaba juzgando más a ella que a ellos, pero hubo voces juristas que dijeron que todo era para proteger el procedimiento, para que luego no se pudiera escabullir la manada apoyándose en un mal paso durante el proceso.

Pero centrémonos en el mensaje de la sentencia: NO ES VIOLACIÓN, es sólo abuso sexual continuado, ya que no se reconoce ni violencia ni intimidación. Que cinco hombres jóvenes adultos, fuertes, metan a una muchachita de 18 años en un portal y le hagan lo que le hicieron, que lo grabaran para regocijo del resto de la manada y para que la humillación fuera pública, que la dejaran como un despojo, maltrecha, y le robaran el móvil para que no pudiera pedir ayuda en una ciudad extraña, no se considera ni siquiera intimidación. No la golpearon?le hicieron cosas mucho peores, pero no se considera violencia. Se supone que ella no se tenía que haber quedado quieta, se supone que tenía que haber gritado de dolor, que tenía que haberse resistido?aunque menos mal que no lo hizo, porque quizás ahora estaría muerta.

Pero creo que lo peor de todo en la sentencia es la consideración del consentimiento, pues se entiende que lo dio, aunque bajo presión. Y, aunque no soy jurista, el sentido común me dice que ¿cómo se puede considerar un consentimiento dado bajo una presión extrema de superioridad física, cuando se está medio borracha y sola delante de cinco monstruos? Se retuerce el concepto de consentimiento, creando un precedente peligrosísimo, un reclamo clarísimo que aboca a que una mujer, ante una violación de la cual no se puede librar, tenga dos opciones: o resistirse con el riesgo de perder la vida, o someterse sabiendo que luego se va a entender que no fue violación.

Pero, como decía mi madre, no hay mal que por bien no venga (aunque éste mal es muy grande), porque el día acabó con cientos de miles de personas, por toda la geografía española, manifestando su repulsión por una sentencia que nos hunde en la vergüenza y la indignación. Estoy segura que esta nueva afrenta a las mujeres va a encender aún más el fuego transformador que es el feminismo, porque soplan vientos de cambio, y quien no vea, es que no lo quiere ver.

Desde la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO (FSS-CCOO) nos unimos al rechazo y la indignación del movimiento social, y nos comprometemos a seguir luchando contra las violencias machistas, entendiendo que esta sentencia marca un punto de inflexión en esta lucha. Continuaremos exigiendo la dotación presupuestaria comprometida para el desarrollo del Pacto de Estado Contra la Violencia de Género, y la adhesión al Convenio de Estambul, para ampliar el concepto de violencia y reconocer como tal las agresiones sexuales. Animamos a trabajadores y trabajadoras, y a la ciudadanía en general, a participar en las manifestaciones del 1 de Mayo, que este año va a ser más morado que nunca, y en las muchas otras que vendrán después.

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