La dimisión de la ministra de Sanidad era necesaria y llega tarde

    CCOO espera que la persona que asuma la responsabilidad de esta importante tarea, coloque entre sus prioridades asuntos como: la financiación y las medidas para garantizar el futuro del sistema sanitario; la recuperación de un criterio claro de universalidad y de suficiencia de las prestaciones; la corrección o eliminación de los sistemas de copago introducidos; la mejora de la equidad en el sistema sanitario; la mejora de la gobernanza del sistema, con mayor información, participación, transparencia y rendición de cuentas; el refuerzo de la atención a las personas con dependencia; el impulso a los servicios sociales; y el desarrollo de la coordinación sociosanitaria

    27/11/2014.

    La dimisión en la tarde de ayer de la Ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, era necesaria y llega tarde. No sólo porque la actividad política requiere altos niveles de transparencia y exigencia de responsabilidades, sino porque las tareas a desarrollar en el Ministerio (sanidad, dependencia, igualdad, servicios sociales, atención a las personas mayores, atención a las personas con discapacidad, protección a los consumidores, etcétera) exigen una dedicación plena y sin sombra de dudas sobre el comportamiento ético de sus responsables.

    Los tres años de su gestión al frente del Ministerio ofrecen un balance negativo. Se ha intensificado el recorte de los presupuestos sanitarios, con un impacto innegable en las listas y tiempos de espera, así como en la reducción de las plantillas y el empeoramiento de las condiciones de trabajo; se ha quebrado el camino hacia la universalidad de la atención sanitaria, volviendo a conceptos de asegurados y beneficiarios que creíamos superados; se han trasladado costes a los pacientes, con nuevas formas de copago, que rompen la solidaridad del sistema; se ha paralizado el desarrollo del sistema de atención a la dependencia; se han reducido hasta lo insoportable los recursos destinados a la salud pública y se ha gestionado una crisis como la del Ébola de una forma que generó, en sus primeros momentos, más incertidumbre que confianza. En definitiva, mucho es lo que tenemos por delante y que debería resolverse en el próximo periodo.

    CCOO ha promovido diferentes propuestas para corregir esta deriva, convencidos de que la negociación y el acuerdo son una base imprescindible en la toma de decisiones en este ámbito múltiple de sanidad, servicios sociales e igualdad. Aunque hasta el momento sin resultados, estamos participando activamente en el diálogo social abierto en el Ministerio desde febrero de este año en relación con la sostenibilidad y suficiencia del Sistema Nacional de Salud, del Sistema de Atención a la Dependencia y de servicios sociales, así como el adecuado desarrollo de mecanismos de coordinación socio-sanitaria, tal y como se recoge en el Acuerdo de propuestas para la negociación tripartita para fortalecer el crecimiento económico y el empleo, firmado el 29 de julio.

    Lamentablemente, mientras que en el ámbito sanitario se ha mantenido un proceso de negociación y diálogo, en el ámbito de atención a la dependencia y servicios sociales no ha sido así, estando toda la negociación paralizada.

    No hay tiempo que perder, el nombramiento de la persona que debe liderar toda esta actividad debe producirse cuanto antes. El deterioro de los sistemas de sanidad y de atención a la dependencia, y de la percepción pública de los mismos, obliga a la adopción de medidas correctoras cuanto antes, medidas negociadas y acordadas con las organizaciones sindicales y empresariales más representativas. Medidas que exigen, también, la negociación en el ámbito correspondiente con las organizaciones sindicales representativas en el sector sanitario o en el sector de la dependencia, sobre las materias específicas que les atañen. Medidas que exigen más negociación con contenidos ciertos y menos foros de acompañamiento hueco.

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